La moneda mexicana ha alcanzado los mínimos de junio de 2023, con el peso elevándose hasta los 18.50 por dólar. Los indicadores técnicos sugieren la probabilidad de un repunte.
En lo que va del año, el peso mexicano ha experimentado una apreciación del 1.5%, en gran parte impulsado por la debilidad del dólar estadounidense. Los mercados están cada vez más convencidos de que la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) no tiene prisa por reducir las tasas de interés, dada la persistencia de las presiones inflacionarias que podrían complicar el logro del objetivo del 2% de inflación. Actualmente, la mayoría de las proyecciones indican que la Fed recortará las tasas en su reunión de junio, aunque crece la posibilidad de que esto ocurra incluso en el segundo semestre.
Además de la política monetaria, hay otros factores que podrían contribuir a la depreciación gradual del peso a lo largo del año. Estos incluyen la desaceleración proyectada en el flujo de ingresos por remesas, una disminución en el entusiasmo en torno a la narrativa de nearshoring y la sobrevaluación del tipo de cambio real en comparación con su promedio a largo plazo.
Las elecciones presidenciales en México en junio, así como las de Estados Unidos en noviembre, podrían generar periodos de mayor volatilidad, según mencionan los analistas, aunque hasta ahora esto no se ha reflejado en el valor de la divisa.
Algunos analistas también destacan proceso electoral, previendo cierta volatilidad en los meses anteriores a las elecciones de junio de 2024. Se espera que el tipo de cambio alcance niveles cercanos a los 18.56 y 18.90 pesos por dólar en mayo y junio, respectivamente.
Para los meses de octubre y noviembre, se anticipa un retorno transitorio a una mayor volatilidad, ubicando el tipo de cambio en niveles de 18.70 y 18.80 pesos por dólar, respectivamente. La reducción prevista en el diferencial de tasas de interés entre México y Estados Unidos será el principal factor que explique el ligero debilitamiento del peso en 2024, según explican.