El sector manufacturero estadounidense experimentó un deterioro significativo en septiembre, según el índice de gerentes de compras (PMI) del S&P Global. El índice se mantuvo por debajo de la marca de 50,0, bajando a 47,3 desde 47,9 en agosto, lo que indica un tercer empeoramiento mensual consecutivo en la salud del sector.
La demanda se desaceleró debido a la incertidumbre política y la debilidad económica global. Los pedidos nuevos disminuyeron por tercer mes consecutivo, con una tasa de contracción que fue la más pronunciada en 15 meses. Los pedidos nuevos de exportación también disminuyeron en mayor medida que en agosto.
A pesar de la situación actual, las empresas se muestran optimistas respecto de que la producción aumentará durante el próximo año, con una confianza que a menudo se debe a las expectativas de que la demanda mejorará después de las elecciones presidenciales.
La caída en la producción y los pedidos nuevos llevó a una reducción en el empleo, que disminuyó al ritmo más fuerte desde principios de 2010. Sin embargo, la confianza empresarial aumentó en medio del optimismo de que los nuevos negocios se recuperarán después de las elecciones presidenciales.
El panorama inflacionario sigue siendo un riesgo, ya que la posibilidad de que los eventos geopolíticos impulsen los precios de la energía al alza junto con posibles picos en los precios del transporte marítimo.